¿Alguna vez terminaste una comida deliciosa y dudaste qué vino servir con el postre? Puede parecer difícil combinar vinos con sabores dulces, pero no te preocupes: hacer un buen maridaje de vinos con postre es más fácil de lo que crees. Y en esta guía completa te explicaremos todo lo que necesitas saber, sin complicaciones ni tecnicismos, para que tus momentos dulces también tengan el vino ideal al lado.
Quédate hasta el final, porque además de ayudarte a elegir bien, te revelaremos errores comunes que debes evitar y recomendaciones que harán que tu cena cierre con broche de oro.

¿Se pueden tomar vinos con postre?
Sí, y no solo se puede: ¡es una excelente idea! El vino no es solo para el plato principal. Muchos vinos están hechos justamente para acompañar postres. La clave está en elegir el vino adecuado para el tipo de postre que vayas a servir.
Cuando hablamos de vinos con postre, pensamos en armonía. No se trata de que el vino “compita” con el postre, sino de que se complementen. Para lograrlo, hay una regla simple: el vino debe ser igual o más dulce que el postre. Si es más seco, se sentirá ácido o amargo en la boca.
Tipos de vinos ideales para postres
Vinos dulces naturales
Son vinos que conservan parte del azúcar natural de la uva. Se fermentan parcialmente para que no todo el azúcar se convierta en alcohol. Son suaves, frutales y equilibrados.
- Ejemplo: Moscatel, ideal con tartas de frutas.
- Ejemplo: Riesling tardío, perfecto con postres de manzana o durazno.
Vinos de cosecha tardía
Estos vinos se elaboran con uvas que se dejan más tiempo en la vid para concentrar azúcares. Tienen aromas intensos, cuerpo medio y son perfectos para postres cremosos.
- Ejemplo: Late harvest Sauvignon Blanc con cheesecake o crème brûlée.
Vinos generosos
Incluyen vinos fortificados como el Oporto, el Jerez dulce y el Málaga. Tienen más graduación alcohólica y son ideales para postres de chocolate o frutos secos.
- Oporto Ruby: excelente con brownie o pastel de chocolate.
- Jerez Cream: delicioso con flan o natillas.
Espumosos dulces
Son burbujeantes y frescos. Funcionan muy bien con postres ligeros o frutales.
- Ejemplo: Asti Spumante, Moscato d’Asti o incluso un Prosecco dulce.
- Ideales para servir con frutas frescas, panna cotta o macarons.

Vinos con postre: combinaciones que no fallan
Aquí te compartimos algunas combinaciones clásicas y fáciles de aplicar, para que nunca más dudes qué servir.
Chocolate + Vino tinto dulce
- Postre: torta de chocolate, mousse o brownie
- Vino sugerido: Oporto Ruby o Banyuls
- ¿Por qué funciona? El dulzor y la densidad del vino acompaña el cuerpo del chocolate sin opacarlo.
Cheesecake + Vino blanco de cosecha tardía
- Postre: cheesecake clásico, con frutas o maracuyá
- Vino sugerido: Late Harvest Riesling o Sauvignon Blanc
- ¿Por qué funciona? La acidez equilibra la cremosidad del postre y realza los sabores frutales.
Helado + Espumoso
- Postre: helado de vainilla, coco o frutas tropicales
- Vino sugerido: Moscato espumoso
- ¿Por qué funciona? Las burbujas limpian el paladar y el dulzor acompaña sin saturar.
Tarta de frutas + Vino blanco dulce
- Postre: tarta de manzana, durazno, frutos rojos
- Vino sugerido: Moscatel o Gewürztraminer
- ¿Por qué funciona? Los aromas florales y frutales del vino resaltan los del postre.
Errores comunes al combinar vinos con postre

Usar un vino seco
Como mencionamos, el error más común es servir un vino seco con un postre muy dulce. Esto hace que el vino se sienta ácido y desbalanceado.
Ignorar la intensidad del postre
No todos los postres son iguales. Un pastel de chocolate no tiene la misma intensidad que un sorbete de limón. A más intensidad, más cuerpo debe tener el vino.
Olvidar la temperatura del vino
Los vinos dulces y espumosos deben servirse fríos, entre 6 °C y 10 °C. Así son más refrescantes y agradables con el postre.
¿Qué vino puedo tener en casa para postres?
Si quieres tener una botella “comodín” que funcione con la mayoría de postres, puedes probar con un Moscatel dulce o un Prosecco dulce. Son fáciles de conseguir, agradables al paladar y versátiles.
Si prefieres algo más sofisticado, un vino de cosecha tardía o un Oporto Tawny nunca fallan.
¿Y qué pasa si el postre es muy dulce?
En ese caso, el vino debe estar a la altura. Por ejemplo, un pastel con cobertura de chocolate y dulce de leche puede ir bien con un vino dulce fortificado, como un Jerez Cream o un vino licoroso.
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