Imagina que acabas de servir un postre delicioso. Todo está perfecto, pero falta algo: ese toque final que lo eleva a otro nivel. La respuesta está en el maridaje. No se trata solo de vinos: el licor para cada tipo de postre puede transformar la experiencia por completo.
En este artículo te enseñaremos cómo elegir el licor adecuado según el postre, con ejemplos fáciles de aplicar en casa o en tu restaurante.
La regla básica: equilibrio y contraste
Cuando combinas un licor con un postre, debes pensar en dos cosas:
- Que los sabores se complementen.
- Que uno no opaque al otro.
No necesitas complicarte. Basta con entender el perfil del postre (dulce, ácido, cremoso, seco, frutal) y buscar un licor que lo refuerce o contraste.
Postres con chocolate
El chocolate es intenso. Necesita licores con cuerpo:
- Whisky ahumado: potencia el cacao oscuro.
- Licor de café: perfecto con brownies o tortas.
- Brandy: ideal si hay nueces o frutas secas en el postre.
Postres con frutas
Macedonias, tartas o mousse de frutas necesitan algo ligero:
- Cointreau o Triple Sec: va bien con frutas cítricas.
- Ron blanco: buen contraste con mango, piña o papaya.
- Vermut blanco: funciona con manzana o pera.
Postres cremosos o a base de lácteos
Flanes, cheesecakes, panna cotta… todos estos van con:
- Licor de almendras (Amaretto): combina con texturas suaves.
- Baileys o cremas irlandesas: aportan dulzura y calidez.
- Ron oscuro: equilibra lo graso con notas especiadas.
Postres helados o fríos
- Grappa o aguardiente suave: refrescan sin saturar.
- Licor de frutas del bosque: refuerzan sabores frutales.
- Vodka saborizado: ideal para sorbetes o gelatinas.
Postres secos o galletas
- Pedro Ximénez: ideal con galletas de mantequilla.
- Marsala o Porto Tawny: con biscotti o postres con frutos secos.
- Licor de avellanas: perfecto con galletas de chocolate.
Consejo extra: temperatura y textura
Un licor muy alcohólico puede arruinar un postre ligero. Sirve a temperatura adecuada (algunos fríos o con hielo) y ajusta la cantidad. A veces unas gotas bastan.
El marketing del maridaje: ejemplo de Johnnie Walker
La marca Johnnie Walker ha sabido posicionarse no solo como whisky de consumo solo o en cócteles, sino también como parte de experiencias gastronómicas. En eventos exclusivos, han combinado sus ediciones especiales con postres gourmet. Esa estrategia de storytelling emocional y sofisticación refuerza el valor percibido del producto.
Puedes ver un ejemplo en este video de campaña: «The Gentleman’s Wager» – YouTube.
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Artículo recomendado
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