Chocolate con ron: una combinación peligrosa para tus sentidos

Hay combinaciones que parecen diseñadas por el mismísimo destino: el pan con queso, el café con leche… y sí, el chocolate con ron. Pero ¿por qué esta mezcla provoca tantas emociones en tan solo un bocado? ¿Es magia, química o simplemente un truco de marketing? Te prometo que al final de este artículo lo sabrás. Y quizá también termines con antojo.

RON

¿Qué hace tan especial al chocolate con ron?

Piensa en un abrazo entre dos personajes con personalidades muy distintas. El chocolate es dulce, a veces amargo, suave y reconfortante. El ron, por otro lado, es cálido, atrevido, un poco rebelde. Cuando se juntan, no pelean: se equilibran. Es como si el ron se colara en una fiesta de chocolate y terminara siendo el alma del evento.

Además, hay algo casi sensual en esa sensación de morder un chocolate con licor y que de repente te invada una nota alcohólica que calienta la garganta. O tomar un sorbo de ron mientras se derrite una trufa de cacao en la boca. Es placer, pero con carácter.

Tipos de chocolate + tipos de ron: ¿cuál combina mejor?

No todos los chocolates ni todos los rones se llevan igual. Aquí va una guía sencilla (y sin tecnicismos) para encontrar tu pareja ideal:

  • Chocolate oscuro (70%+ cacao): va genial con ron añejo o especiado. El amargor del cacao resalta la dulzura y complejidad del ron.
  • Chocolate blanco: difícil de equilibrar, pero puede ir con rones jóvenes o incluso licor de cacao o licor de avellana como el Frangelico.

Una vez, en una cata con bartenders, probamos combinar ron especiado con trufas de chocolate oscuro y chile. ¿El resultado? Un aplauso espontáneo. No es broma.

¿Y qué pasa con los chocolates con alcohol?

Seguro los has visto en vitrinas o como regalo elegante: chocolates con alcohol, también llamados bombones con licor. Muchos de ellos están rellenos de ron, brandy, licor de cereza o whisky. Su secreto está en el equilibrio: si el licor es muy fuerte, mata al chocolate. Si es muy suave, se pierde.

Los mejores se hacen con técnica artesanal. Nada de alcohol inyectado a la fuerza. El licor se mezcla con ganache o caramelo para mantener estructura y sabor. Aquí es donde el licor de chocolate o el licor de cacao entra a jugar como alternativa para no usar ron puro y evitar que la mezcla se separe o cristalice.

¿Se puede preparar en casa?

Por supuesto. Puedes derretir chocolate de buena calidad y mezclarlo con una cucharadita de ron (por cada 100 g). Añade un poco de crema para suavizar y listo: tienes una ganache de chocolate con ron casera que puedes usar como relleno, cobertura o excusa para comértela a cucharadas.

¿Y si hablamos de cocteles?

El chocolate y el ron también se encuentran en forma líquida. Aquí van algunos ejemplos populares:

  • Choco Mojito: ron blanco, hierbabuena, azúcar, chocolate líquido y soda. Exótico, pero funciona.
  • Hot Chocolate con ron oscuro: chocolate caliente espeso, ron añejo y una pizca de canela.
  • Postre líquido: Baileys + ron + licor de cacao, servido sobre hielo.

Errores comunes con el chocolate con ron

📌 1. Usar cualquier ron: no todos tienen la misma calidad ni perfil aromático. Uno barato puede arruinar un buen chocolate.

📌 2. Pasarse con la cantidad: esto no es un “chocolate borracho”. Es una fusión. El licor debe acompañar, no dominar.

📌 3. Guardarlo mal: el alcohol puede alterar la textura del chocolate si se almacena en condiciones húmedas o calurosas.

¿Dónde se aprende más de esto?

La experiencia final: más que sabor

Decir que el chocolate con ron es solo una combinación rica es quedarse corto. Es un viaje sensorial. Es como si el cacao activara un recuerdo, y el ron lo encendiera. Lo que empieza como un capricho dulce termina siendo una experiencia completa. Eso sí: no abuses. No por lo peligroso, sino porque una vez que te acostumbras… todo lo demás te sabrá a poco.

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